Ricko Star se despierta en el calabozo con el enmascarado Dmitry Osten listo y esperándolo. Ha sido paciente, observando a su nueva víctima, jugando con su polla en anticipación a la diversión que vendrá una vez que el joven se despierte. En el momento en que lo hace, Dmitry está ahí, listo para mostrarle a Ricko que es el jefe. Eligió su nuevo juguete sabiamente; sabía que sería desafiante y le encanta cuando se defienden. Su polla sin cortar pronto se endurece, haciendo que su esclavo se masturbe mientras le coge la carne en sus manos atadas. Es sólo el comienzo de la diversión, es sólo el calentamiento, muy pronto Ricko está en el suelo, la maldita máquina le mete y le saca una polla falsa por la boca mientras Dmitry se sienta a horcajadas y le acaricia su propia gran carne, vertiendo cera caliente sobre su espalda. Ahora tiene a su esclavo donde quiere, roto y cachondo, dispuesto a hacer lo que le digan. El ataque final traerá la liberación definitiva cuando Dmitry meta su gran polla en ese estrecho agujero, haciendo que Ricko se corra y vaciando su propia carne gruesa.