Gil puede forcejear todo lo que quiera, el maestro Félix lo ha asegurado, listo para que su polla venga y lo use. El chico no escapará. Ya tiene un precioso culito, pero sólo se pone más caliente cuando Félix le ha dado unos duros golpes con la paleta de cuero y ha hecho brillar las mejillas de su subordinado. No es de extrañar que la polla del dom esté dura y lista para follar en unos instantes, pero se va a asegurar de que su chico le haya dado unas buenas chupadas y sorbidos antes. Parece que el joven Gil sabe cómo dar placer a la polla chorreante de su amo. Con su boca experimentada y obediente trabajando la herramienta carnosa, el muchacho dom caliente pronto está listo para hundir esa polla entre las nalgas del muchacho. El chico bombea a su cautivo desde atrás con su palpitante polla a pelo, pero esa polla puede llegar aún más profundo con el joven Gil de espaldas. Es suficiente para que esa gran carga húmeda de semen salga a borbotones mientras Félix se retira a tiempo para empapar su culo, volviendo a introducirse con facilidad para alimentar ese conducto con sus cálidos jugos, poseyendo al jovencito por completo.